miércoles, 26 de marzo de 2008

AM 7. El Pensamiento Crítico

EL PENSAMIENTO CRÍTICO

Es un proceso mediante el cual se usa el conocimiento y la inteligencia para llegar, de forma efectiva, a la posición más razonable y justificada sobre un tema, y en la cual se procura identificar y superar las numerosas barreras u obstáculos que los prejuicios o sesgos introducen.

No todo el mundo valora la necesidad de un razonamiento crítico. Con frecuencia, ser metódicamente objetivo es visto como algo frío, estéril y aburrido sobre todo para los que siguen políticas del estilo "Tened fe y dejad que vuestros sentimientos os guíen a la verdad" o "No dejes que los hechos o detalles interrumpan el camino hacia una historia interesante". Esto es así porque hoy en día muchos sobreviven justamente de la manipulaciónn y de la llamada a las necesidades primariass del ser humano. Véase Pirámid de Maslows. Sin embargo, cuando la verdad es requerida no se puede caer en las falacias o en lo que nos gustaría creer para protegernos porque la verdad de aquel que gusta del razonamiento crítico es preferible a una mentira feliz.

La inteligencia y el conocimiento que se posea no implica forzosamente que se pueda tener un razonamiento o pensamiento crítico.
La teoría acerca del pensamiento crítico, trata sobre cómo se debería usar la inteligencia y el conocimiento para alcanzar puntos de vista más racionales y objetivos con los datos que se poseen.
Opiniones y creencias basadas en un razonamiento crítico pueden estar mejor cimentadas comparadas con aquellas formuladas a través de procesos menos racionales. Al mismo tiempo, los buenos pensadores críticos están normalmente mejor equipados para realizar decisiones y resolver problemas comparados con aquellos que carecen de esta habilidad aprendida.
El pensamiento crítico no es:
  • Pensar de forma negativa o con predisposición a encontrar fallos o defectos. Es una proceso o procedimiento neutro y sin sesgo para evaluar opiniones y afirmaciones tanto nuestras como de otras personas.
  • El pensamiento crítico no trata de hacer personas que piensen de la misma forma, ya que si bien, pueden aplicar el mismo procedimiento éstos podrían diferir en sus prioridades, principios y lista de valores que, como se observa en la figura 1, afectan al razonamiento. Es decir, muchos podrían contar información o experiencias nuevas que otros no cuentan, para que aplicando el mismo principio, se lleguen a conclusiones totalmente diferentes. Adicionalmente, siempre habrá diferencias en la percepción y las necesidades emocionales básicas que harán definitivamente imposible que todos piensen de la misma forma, a pesar de la ponderación objetiva que haga el razonamiento crítico, pues ésta sigue tratándose de información extra.
  • El pensamiento crítico no trata de cambiar la propia personalidad, incrementará la objetividad consciente, pero se seguirán sintiendo los prejuicios de siempre.
    El pensamiento crítico no es una creencia. El pensamiento crítico puede evaluar la validez de las creencias, pero no es una creencia en sí, es un procedimiento.
    El pensamiento crítico no reemplaza o minimiza tus sentimientos o emociones. Las emociones le dan significado a la vida, le dan sentido y placer. El pensamiento crítico no es capaz de cumplir ese papel. Sin embargo, algunas decisiones emocionales que son también decisiones críticas, tales como decidir casarse o tener hijos, deberían tomarse abrazando el pensamiento crítico.
  • El pensamiento crítico no favorece ni representa específicamente a la Ciencia de forma ciega. Nuestra cultura está llena de estudios científicos que abarcan desde los cereales para desayunar hasta las píldoras vitamínicas que son usados por los estudios de marketing para vender.
  • También es necesario entender que los argumentos basados en el pensamiento crítico no son necesariamente siempre los más persuasivos. Quizás con mayor frecuencia los argumentos más persuasivos sean aquellos destinados a recurrir a nuestras más básicas emociones como el miedo, placer y necesidad más que a los hechos objetivos. Por esta razón, es común encontrar en los argumentos más persuasivos de muchos políticos, telepredicadores o vendedores una intencionada falta total de objetividad y razonamiento crítico.

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